martes, 2 de junio de 2009

BRILLANTE Y ESENCIAL

Rico no soy, ni pobre desquiciado,
ni carpintero, senador, ni intelectual;
no soy langosta que manduca en los trigales,
ni una espiga de la cual se brota el pan.

No soy francés, tailandés ni argentino,
ni un uruguayo que se mandó a mudar;
no soy galante bravucón marinerito,
ni una coqueta damisela magistral.

No soy enfermo de HIV ni de leucemia,
no vibro histeria ni maremoto mental;
no tengo cascos, cola larga ni rabo,
no soy demonio ni un angel celestial.

No tengo fecha de vejez ni nacimiento,
de vencimiento, de muerte ni enfermedad,
no me molestan ni las dagas ni cuchillos,
yo no tirito ni ante el frío ni ante el mal.

No necesito café, alcohol ni drogas
para ponerme esta noche a bailar;
ni vos tampoco, está bien, soltate un poco
no seas tímida, dejate llevar.

Yo soy un alma, loca, juname sin tus ojos,
soy invisible, brillante y esencial;
si mi mirada ilumina tu sonrisa
es porque soy un habitante espiritual

Vos sos un alma, loca, junate sin tus ojos
sos invisible, brillante y esencial;
si tu sonrisa derrite mi cariño
es porque sos un habitante espiritual.

La delicia de tu rostro maravilla;
mas si tú -¡alma!- ¡volaras de tu silla!
¡tu cadaver quedaría cubierto en mantos!
¿cuánto habría en tu sonrisa de tu encanto?

El brillo de tu alma
se escapa de tu ombligo;
la esencia de tu aroma
no está en los intestinos;
la estrella más bella
está en tu corazón

Esta belleza encandilante que ahora tienes
viene, va y viene; viene, va y viene; viene, va y viene;
es un reflejo (una luna sobre el río)
del Bello Krishna, que es eterno, tuyo y mío.

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